El Museo Badr del Oasis de Farafra es único en cuanto a los materiales ambientales por los que son famosos sus dibujos, que expresan la naturaleza y la realidad actual de la vida cotidiana.
El museo es propiedad privada de uno de los mejores artistas del oasis, el artista Badr Abdel-Moghni.
Y el artista Badr Abdel-Ghani decidió edificar su museo y construirlo a sus expensas, para encarnar y preservar el entorno y el patrimonio de la Farafra original, que está a punto de desaparecer, y en la medida de su amor y apego a su tierra natal original, "Farafra", aunque vivió un tiempo en Italia, siguió soñando con tener su propio museo en su ciudad Farafra.
Abdel-Ghani eligió un terreno de su propiedad en la tierra de Farafra, para establecer en él un museo privado, que encarna el entorno original del oasis, y eligió que sus dibujos y estatuas fueran de materiales ambientales, ya que sólo utiliza arena coloreada del "desierto blanco" que se encuentra en el oasis para que sea la base de sus dibujos, mientras que sus esculturas son De los troncos de palmera que caracterizan a cualquier oasis de Egipto, además del uso de limo.
Añadió que el museo encarna una imagen del antiguo palacio de Farafra, que los habitantes del oasis intentan conservar en la actualidad con lo que queda de él. Al entrar en el museo, el visitante ve la personificación de varias figuras con limo, mientras juegan a "la valla" -uno de los famosos juegos rurales- y en el mismo cuadro, uno de los hombres está tumbado en el suelo.
Dikkah" y otro bebe la popular "nuez", y en cuanto uno se vuelve hacia atrás, encuentra esta encarnación en una fotografía, una encarnación de la última generación de los pueblos originarios del oasis que se adhirieron a sus costumbres y tradiciones.
Badr declaró que quería preservar las tradiciones y legados originales de los antiguos habitantes de Farafra, que solían reunirse todos los días para jugar y charlar delante de las viejas casas del oasis.
Continuó diciendo que recogió algunas esculturas de troncos de palmera que encarnan penas y lamentos en momentos fúnebres y la llamó la Cámara de los Dolores, y es la única habitación que describió como la más querida y cercana a su corazón.
Cabe destacar que el Museo Medioambiental de Badr encarna todas las costumbres y legados del pueblo de la antigua Farafra, y el museo recibe muchas visitas de diferentes nacionalidades de todo el mundo.
Hay otros museos en los oasis de Dakhla y Kharga, pero el Museo Badr Abdel-Moghni sigue siendo la experiencia más famosa y exitosa de conservación del patrimonio.